Haber recibido en Colombia a uno de los principales organismos internacionales que gestionan los estándares mundiales en sostenibilidad en el turismo es un hito de país digno de ser exaltado. Por primera vez se llevó a cabo la conferencia, para el capítulo Latinoamérica y el Caribe, del Consejo Global de Turismo Sostenible, con importantes aprendizajes para quienes tuvimos la fortuna de participar.
El honor de coordinar uno de los talleres del encuentro: “Viajes con propósito, lecciones aprendidas” finalizó para mí en múltiples reflexiones que, aunque sean alrededor de la sostenibilidad que es la base de mi diario ejercicio profesional desde hace varios años, no terminan de cuestionarme positivamente.
Junto a mi entrañable amigo y colega John Alexander Ramos, director de Calidad y Desarrollo Sostenible del Viceministerio de Turismo tuvimos animadas conversaciones alimentadas por la óptica de participantes procedentes de 25 países, incluido el caso de éxito de la República de Palau (archipiélago cerca de Filipinas e Indonesia) presentado por Jennifer Koskelin-Gibbons, co-fundadora de Palau Pledge. ¡Un caso realmente inspirador! Conoce más aquí: https://palaupledge.com/
Analizamos el rol de los viajeros como agentes de cambio, responsables de promover y dinamizar buenas prácticas sostenibles en los territorios mediante viajes responsables y prácticas amigables con la biodiversidad, la cultura y las comunidades. A medida que nos adentrábamos en las conversaciones llegábamos a uno de los aspectos clave: la importancia de comunicar a los viajeros mensajes y narrativas coherentes con la conservación y regeneración de la biodiversidad, para consolidar a América Latina y el Caribe como una región multicultural y biodiversa, que se prepara para recibir a viajeros del mundo con una oferta emocionante, sostenible y regeneradora. Como reza el viejo dicho, “no solo hay que serlo, también hay que parecerlo” o más bien, hay que comunicarlo.
Fue entonces cuando nos preguntamos: ¿crear una visión unificada como destino Latinoamérica y el Caribe es posible? ¿Es viable? ¿Es necesario? ¿Es recomendable? Seguíamos inquietos por escuchar opiniones al respecto.
Reflexionamos sobre el continuo crecimiento del turismo hacia esta región y lo crucial de garantizar que se desarrolle y gestione de manera sostenible. Pero, ¡tenemos tanto que ofrecer que a veces puede ser abrumador! Al mirar la demanda del mercado de los viajes y sus tendencias, se hace evidente la necesidad de actuar de manera estratégica y muy técnica en la definición de las acciones más acertadas para llenar las expectativas tanto de las comunidades y los prestadores de servicios, como de los viajeros.
Cuando indagamos más profundamente en esa “receta” para lograrlo el resultado fue recurrente: las comunidades. Es imprescindible tenerlas en cuenta desde el principio de los procesos; valorar los atributos locales sin necesidad de “maquillarlos” para sonar más interesantes; construir narrativas segmentadas por regiones y que se difundan en los canales adecuados para atraer los viajeros que responden a ese tipo de oferta; elaborar una guía para el diseño de experiencias auténticas; comunicar de manera consciente y asertiva el código de conducta adecuada para nuestros destinos, teniendo en cuenta el cuidado de la naturaleza y el respeto por la cultura local.
A esta altura del taller fue emocionante para mi encontrar tantos puntos de encuentro entre lo que se considera imperativo y relevante en la gestión de los destinos en función de la sostenibilidad, y en la forma como proponemos, desde TRIBO, abordar las narrativas de los destinos sostenibles con estrategias de comunicación:
auténticas y transparentes; emocionantes y atractivas; multicanal; colaborativas.
Y, ¿para qué?
para atraer a viajeros conscientes que aprecian y respetan el medio ambiente y las comunidades locales, al comunicar los valores naturales y culturales únicos de la región; para educar en la contribución a la conservación y regeneración natural y cultural, inspirando a los viajeros a convertirse en embajadores del turismo sostenible a través de comportamientos responsables, incluso al retornar a sus sitios de origen, y para contribuir al desarrollo sostenible de la región.
Finalmente, para trabajar con el segmento profesional especializado también debemos construir una estrategia B2B acorde con la línea comunicacional del destino. Todo esto, centrando los contenidos y los mensajes en el interés y valores de las comunidades anfitrionas y el respeto por los recursos ambientales del destino, con plena consciencia de que nuestro compromiso es aportar a dejar ese lugar mejor de lo que lo encontramos y que las únicas huellas que dejemos desaparezcan con las olas y la lluvia.
Sandra Howard Taylor Directora Ejecutiva Grupo Tribo